domingo, 13 de junio de 2010




Desde niña sentí curiosidad por saber como era la vida de esas personas que viven en la calle, los indigentes o como les llamabamos antes, "los mendigos", ahora ignorados por la mayoría y antes perseguidos por la ley de vagos y maleantes. También me intrigaban los motivos por los cuales se habían visto abocados a esta situación tan dura. Hace poco, escuchando mi adorada Radio 3, hallé algunas  respuestas a mis dudas sobre este tema de la mano del programa "carne cruda" y el invitado al que estaban entrevistando, Miquel Fuster. A partir de ese día sigo sus pasos a través de su  blog. 


Miquel Fuster entró a trabajar como aprendiz en la Editorial Bruguera como dibujante de historietas, cuando era apenas un adolescente.Vivió los momentos potentes del sector, en los años sesenta y setenta, cuando había un importante mercado de trabajo por encargo para el extranjero. El editor Joseph Toutain había abierto un puente entre las editoriales europeas y Cataluña, donde se concentraban, sobre todo en el área metropolitana de Barcelona, la mayor parte de dibujantes de todo el estado, todos ellos profesionales con talento y disponibilidad para dibujar los guiones que les llegaban traducidos de afuera. Se trataba de obras de género, como por ejemplo el policiaco, de guerra o el western. Pero donde había más demanda de los editores extranjeros era en el campo del género romántico dirigido sobretodo a los adolescentes. Miquel Fuster dibujó muchas historietas románticas. Y durante un tiempo le fue muy bien. Los agentes que lo representaban cobraban en divisas, y eso hacía que en pesetas significara un trabajo muy bien pagado.  Esto lo condujo a una vida fácil, y a obtener dinero rápido que fundía con entusiasmo juvenil hasta que pasó el tiempo, dejó de ser tan joven y el mercado evolucionó. En los años ochenta esta clase de comic decayó, y a partir de los noventa y a causa de una serie de diversos infortunios: se le quemó la casa en la que vivía, sufrió una depresión por una ruptura amorosa ...Como consecuencia de todo esto cayó en el alcoholismo, lo que le  llevó dar con sus huesos en la calle a los cuarenta años de edad.

Información tomada de la revista Metrópolis de Barcelona.

A partir de ese momento un Miquel Fuster murió y otro nació, pero aunque nuestra vida cambie de una manera tan radical, poseemos recuerdos, remordimientos, orgullo, que nos hace revolvernos, rebelarnos y sufrir. Así se sentía Miquel, anestesiaba su rabia con el alcohol, no podía vivir sin él, era su salvador y su verdugo, algo de lo que no podía escapar.

Quince años duró esta posesión, mientras tanto Miquel seguía pintando y el arte, de alguna manera, además de proporcionarle dinero para vivir, (para beber), le salvaba de su ingrata existencia. Cuando creamos fluye nuestra más pura esencia, lo divino que hay en nosotros, y eso nos proporciona verdadera felicidad. 
Miquel Fuster nos cuenta un montón de anecdotas, sus penas, y la dureza de esos más de cinco mil días en la calle en el  blog del Bazar de Jim.
"Cuando se vive con la constante aprensión de que cualquier noche puedes sufrir una agresión que te deje malherido o muerto, el aire que nos rodea se torna hostil. Los días que esa sensación se me hacía más insoportable lograba una inexplicable percepción de mí mismo: “Yo estoy en un lado del mundo y vosotros en el otro”; y conseguía crear un abismo entre mí y todos los demás. Necesitaba firmemente que la otra gente no existiese, que yo no reparara ni tan siquiera en presagiarles.
Ya había sufrido demasiado y debía desterrar de mí todos los brotes de dolor o de rencor que surgieran. Y algunas veces lo conseguía".
 Miquel sufrió varias agresiones en la calle. Una noche dos "chicos muy bien vestidos, con ropa de marca y aspecto de pijos" se le acercaron y uno de ellos, riéndose, le golpeó con un adoquín que llevaba en la mano en todo el rostro y le rompió la nariz.
En otra ocasión otro grupo de jóvenes "en busca de diversión" estuvieron golpeando los cristales del cajero -a patadas, puñetazos y botellazos- en el que dormía durante más de media hora para entrar con la intención de agredirlo sin que se hubiese mediado ninguna palabra o acción previa.
Algo falla en la naturaleza humana cuando suceden estas cosas, es evidente.
Por cierto  Jim, el chico que escribe el blog me ha parecido un tipo curioso  asi que os lo quiero presentar, a ver que os parece.

JUSTO A MÍ ME TOCÓ SER YO
 Jim Alegrías
Soy una especie de ser humano de aspecto vagamente antropomórfico que nació en A Coruña en los años 70 y creció en las calles del barrio del Agra del Orzán hasta alcanzar un atractivo metro setenta, gracias sobre todo a los bocadillos de margarina con azúcar de mi madre y a las pastillas de avecrem. Pese a mis treinta y pico todavía echo de menos Primera Sesión y los Seat Málaga del Un Dos Tres. De pequeño no quería ser policía ni bombero sino un jubilado más para jugar a la rana y a la brisca en el parque de Santa Margarita. Creo que sufro fatiga de materiales. He podido completar una formación académica superior gracias a la inestimable ayuda de La Enciclopedia De Los Jóvenes Castores, que compraron mis padres en el colegio cuando quedé finalista (como los otros 40 niños de mi clase) en un concurso de dibujo. También me gusta leer en la cama, los apagones en las tormentas y tomar la nocilla a cucharadas.     Podeis ver más detalles sobre esta etapa de la vida de  Miquel en el siguiente documental.        
 En una de mis entradas favoritas de su  blog, Miquel nos relata una historia muy tierna sobre una chica que conoció en la calle. Alicia es una prostituta con buen corazón a la que las circunstancias y la baja autoestima han llevado a ejercer esa profesión, es guapa, o al menos lo fue en sus buenos tiempos, dulce e ingenua. Me ha llamado la atención como cuenta que su madre le decía que no valía para nada,y es que a veces los padres no son conscientes del daño que hacen a sus hijos con este tipo de comentarios que acaban resonando una y otra vez en su inconsciente, y en la mayoría de los casos, creando en ellos una personalidad insegura y con baja autoestima, lo que hace que tengan el convencimiento de que merecen todo lo malo que les pasa. Es más, pienso que la gran mayoría de lo que les  ocurre se debe a que, para castigarse, adoptan conductas autodestructivas.   He querido hablaros de Miquel Fuster porque creo firmemente que cualquiera puede verse en esta situación, un golpe de mala suerte, una enfermedad, una depresión, un desamor nos pueden llevar a perder la cabeza, a caer en una adicción, a llenarnos de rabia.  Tendemos a pensar que ciertas cosas sólo les pasan a los demás, pero no es así. También me gustaría, ya que en mi anterior entrada apelaba a un mundo más sensible, que intentemos comprender a estas personas y que  procuremos ponernos en su lugar, por supuesto sin compadecerlas. Por último voy a hablaros sobre la asociación que consiguió sacar de la calle a Miquel y a tantos otros.
 
La Fundación  Arrels.

Arrels es una fundación privada dedicada a la atención de las personas sin hogar de la ciudad de Barcelona.

Arrels nació en 1987 y su objetivo principal es colaborar en la recuperación integral de las personas en situación de exclusión social, sobre todo en la de las personas sin hogar que se encuentran en una situación crítica. A lo largo de los años, Arrels ha atendido a más de 6.000.  
Su misión
  • Acompañar a las personas en situación de sin hogar que se encuentran en fases más consolidadas de exclusión, hacia una situación lo más autónoma posible.
  • Sensibilizar a los ciudadanos sobre los problemas de la pobreza en nuestro entorno.
  • Denunciar situaciones injustas y aportar propuestas de solución a las administraciones y a la sociedad civil.
La visión Profundizar en la constitución de un modelo de trabajo basado en la proximidad, la personalización y el conocimiento y trabajar para que este modelo llegue a ser:  
  • Referencia en el trabajo a favor de las personas sin hogar
  • Instrumento de transformación social mediante el compromiso personal y comunitario.
Los valores
  • Voluntariedad, generosidad, disponibilidad y trabajo en equipo.
  • Personalización, trabajo individualizado a partir de las necesidades, las demandas y las capacidades de la persona.  
  • Respeto a la persona, a su manera de ser y a su historia vital, a sus ritmos, a su proceso personal, a  sus decisiones.
  • Estar con es más importante que “hacer cosas”.
El objetivo final que queremos conseguir es:  
  • DIGNIFICAR la vida de las personas sin hogar, a partir del reconocimiento personal y la recuperación de sus derechos y deberes.  
  • AUTONOMÍA, entendida como la capacidad de cada persona a escoger y decidir de la manera más idependiente posible, sin condicionamientos ni dependencias de terceras personas.   
Esta es la portada del libro que Miquel ha escrito e ilustrado, trata sobre esos 15 años en los que malvivió durmiendo entre cartones y anestesiado por el vino.
Espero haber puesto un poco de luz sobre este tema.
Para mí él es un ejemplo a seguir y por eso quería contaros su historia.
Muchas gracias Miquel por compartir con todos nosotros tu experiencia.  Te deseo un futuro maravilloso, te lo mereces.
En el post de hoy he tratado sobre un tema triste, pero con final feliz . Y es que a veces damos demasiado importancia a cosas banales y nos preocupamos por nimiedades y no valoramos lo importante, sufrimos sin motivo y nos quejamos por cosas sin importancia. Yo intento hacer que la vida sea un poquito mejor, la mía y la de los que me rodean, es fácil, sólo hay que poner un poquito de atención, una sonrisa, una palabra de ánimo, de consuelo, de cariño. No creo que pueda arreglar el mundo, pero si puedo aportar mi granito de arena. Como soy una idealista y una soñadora, y para que sirva de homenaje a este gran músico, os dejo con esta preciosa canción. Porque yo como John Lennon creo que un mundo mejor es posible.      

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